Tu y yo tenemos una cosa en común...
Nos gusta tirarnos a piscinas vacías
Proyectos ambiciosos que a veces parecen imposibles, pero que sabes que si consigues los resultados deseados, vas a ayudar a mucha gente y a mejorarles la vida o su negocio.
Tú saltaste (o estás a punto de hacerlo) al vacío el día que decidiste crear tu startup.
Mis saltos al vacío empezaron cuando me fui a Barcelona con 21 años, una mano delante y otra detrás, a ganarme la vida trabajando en Startups top como Papernest, Ovrsea o multinacionales como Aliexpress.
Allí conocí cómo se trabaja en una startup, que necesita y sobre todo y más importante: cómo convertir y vender dentro de una.
Pude detectar un patrón que se repetía una y otra vez en startups de éxito.
Y volví a tirarme a otra piscina vacía.
Esta vez para dejarlo todo y emprender, ayudando a otras startups a replicar el patrón que había visto.
Y oye, le estoy cogiendo el gustillo a esto de saltar.
Saltar, limpiarla, llenarla de agua y terminar flotando con un mojito.
Ahora,
No sé cómo de llena está tu piscina.
O si está perdiendo agua. (te lo averiguo rápido en la llamada)
Lo que tengo claro, es que construir arquitecturas, experiencias de usuario y diseñar web o apps como lo hago…
(para que los usuarios que entren solo se puedan ir si han convertido)
…eleva altamente las probabilidades de que haya agua y mojitos al final de tu proyecto.
¿Hablamos?